¿Es la Gran Colombia el sueño frustrado de todo latinoamericano?

¿Es la Gran Colombia el sueño frustrado de todo latinoamericano?

En respuesta al planteamiento central, es posible. Sin embargo, para quienes creen que Latinoamérica unida tiene el potencial de ser un gigante en el caos internacional, seguramente este resultado fallido de un bloque tricolor les duele en lo más profundo de esta historia compartida, tanto como a mí.

Pero…

¿Si se volvieran a unificar estos países, sería tan grandioso como ciertos actores políticos lo han predicado últimamente?

I. Introducción

Tuvimos a Gustavo Petro, actual presidente de Colombia, hace apenas un mes hablando de una nueva faceta de la Gran Colombia, una moderna donde los líderes estatales se reúnen y juntos edifican esta gran potencia desde el diálogo y la cooperación, pero pareciera como si ese discurso ya lo hubiéramos escuchado antes; ¿no es esa misma convicción lo que llevó a la creación de UNASUR y más tarde el golpe de realidad, lo que la llevó al fracaso?

II. Sobre la Gran Colombia

La Gran Colombia fue una idea brillante, una alianza tan fuerte que se posicionaría como un escudo frente a cualquier interferencia o búsqueda de dominación internacional y sería tan poderosa que su mera existencia y declaración bastaría para que ningún otro poder internacional busque su dominio.

Es de conocimiento que, mientras más territorio y alcance se tenga, más poder se posee.

Según Rodríguez (2022), si la Gran Colombia hubiera perdurado, hubiera conformado una nación de casi 2,5 millones de km2 de territorio y cerca de 100 millones de habitantes por la suma de nuestras naciones, siendo así, el país más poblado de América Latina después de Brasil y México, y a su vez, el décimo más grande del planeta. Lideraría el sector pesquero gracias al acceso tanto al mar Pacífico como al Atlántico. Probablemente estaría dentro de los G20 por su peso geopolítico. Contaría con una complejidad y pluralidad cultural única en el mundo y una inmensa cantidad de recursos como el agua, gracias a la cual sería el tercer país con más agua del mundo. Poseería un amplio mercado y vastos paraísos turísticos.

Un abanico inmenso de posibilidades; pero esta fracasó y no podemos incluir a estos ilimitados escenarios dentro de nuestra realidad.

Es lamentable (y, al decir esto, lo digo fielmente desde uno de mis pesares más profundos como joven latinoamericana) que tampoco se puede hablar de una Gran Colombia versión “mejorada” hoy por hoy, porque si en aquella época donde nuestro sentido patriótico y voluntad eran posiblemente más fuertes y esta fracasó, actualmente con nuestros gobiernos que tiemblan constantemente sería mucho más complicado.

Bajo ese análisis, se ha visto una actual Colombia que es, tal vez, el país más fuerte de los antiguos miembros y el que mayor influencia internacional posee, sin embargo, tiene un conflicto armado sin resolver; entre otros temas respecto a seguridad. Además, está Venezuela en su punto más alto de decadencia democrática y humanitaria; Ecuador con una crisis de corrupción e inseguridad insostenible y Panamá con una fuerte presión extranjera.

Tantos gobiernos que se asemejan no por una convicción en este caso, sino que comparten su lucha y su búsqueda de salir adelante y en diferenciarse unos de otros para sobresalir en la internacionalidad, en lugar de unirse en esta misma lucha. ¿Se debería culparlos por hacerlo? Claro que no. Sería entonces acertado llamar a esta búsqueda como una compleja y lejana utopía.

III. Reflexiones

Esto no quiere decir que como fieles creyentes de la cooperación dejemos de buscar y construir desde nuestras facultades una realidad mejor, pero la debemos buscar no solo desde nuestro más fuerte sentido nacional, sino también desde nuestra identidad y legado latinoamericano. Pues la libertad y la cooperación son constructos y por esa fragilidad característica de los mismos, es que se deben trabajar por ellos constantemente para fortalecerlos desde nuestras comunidades (uno de los elementos sociales más importantes) hasta nuestra internacionalidad.

O, tal vez, nuestras limitaciones compartidas sean lo que por fin nos una y formemos en un futuro una “Nueva Gran Colombia”; o una versión moderna de esta.

¿Tú qué opinas?

Referencias Bibliográficas

Bushnell, D. Simón Bolívar, proyecto de América. Universidad Externado de Colombia. Primera edición, Bogotá 2007. Edición digital. Plataforma Libros.

Liévano Aguirre, I. Bolívar. Grijalbo. Edición digital. Plataforma Libros. https://books.google.co.ve/books?id=2Vo7DwAAQBAJ&printsec=frontcover#v=onepage&q&f=false

Rodríguez, A. (2022). Superpotencia. ¿Por qué no lo somos, pero deberíamos serlo? Editorial Ígneo.

Información del autor

Emily Daniela Naranjo Maldonado, estudiante de Relaciones Internacionales de la Escuela CPRI en la UDLA. Tengo 21 años. Me gusta el arte y cualquier expresión de la misma. Estoy convencida de que la comunidad es la clave de todo cambio; desde nuestros círculos íntimos hasta la comunidad internacional; los cuales permanecen interconectados, por lo que, si uno no se fortalece, el siguiente es frágil e inestable y lo que se trabaje dentro de ellos, no perdurará. Por eso estudio mi carrera, porque creo en la importancia de trabajar desde lo local hacia lo global.

  • Instagram: @emynaranjo19

2 comentarios en “¿Es la Gran Colombia el sueño frustrado de todo latinoamericano?”

  1. Me parece un análisis muy interesante la verdad. Siendo igual de latinoamericana, realmente nunca había sentido añoranza por la reivindicación de la Gran Colombia, más que nada porque sé que los problemas que sustentaban el bloque, lo iban a a hacer caer, pero visto desde este punto vista, quizás ahora seríamos potencia mundial, o no, quien sabe -»actualmente con nuestros gobiernos que tiemblan constantemente sería mucho más complicado»- tan real. Felicidades Emy

  2. Me parece un análisis muy interesante la verdad. Siendo igual de latinoamericana, realmente nunca había sentido añoranza por la reivindicación de la Gran Colombia, más que nada porque sé que los problemas que sustentaban el bloque, lo iban a a hacer caer, pero visto desde este punto vista, quizás ahora seríamos potencia mundial, o no, quien sabe -»actualmente con nuestros gobiernos que tiemblan constantemente sería mucho más complicado»- tan real. Hay algo que me dejó con ruido en el sistema: »mientras más territorio y alcance se tenga, más poder se posee», ¿qué tan cierto es esto? ¿alcance en que sentido?
    Excelente artículo, felicidades Emy

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